Guía de Beijing

La imponente ciudad Imperial se reserva numerosas sorpresas, monumentales edificios de madera, grandiosos templos, la Gran Muralla, los moderos edificios olímpicos. Pekín es sin duda uno de los principales centros culturales del país.

El Templo del Cielo, uno de los mayores conjuntos sagrados del mundo. Se considera el mejor ejemplo de edificios taoístas, aunque algunos de ellos sean anteriores, incluso. Se empezó a construir en 1420 por orden del Emperador Yongle, a quien se debe también la construcción de la Ciudad Prohibida. Posteriormente fue renovado y ampliado en el siglo XVI y en el XVIII por orden de los Emperadores Jianjing y Qianlong respectivamente. La última vez que se utilizó el Templo para fines sagrados fue en 1914.

Su construcción sigue estrictamente las normas del fengshui, y tanto los edificios como todo el espacio cirundante están llenos de simbología que merece la pena conocer para disfrutar más de una visita al Templo del Cielo. Las formas cuadradas simbolizan la tierra y las circulares el cielo. Se trata pues del lugar de unión de la tierra y el cielo, donde el Emperador rezaba anualmente para obtener buenas cosechas para su país, después de purificarse con un periodo de ayuno y abstinencia.

Uno de los efectos más curiosos que se producen en el conjunto de Templos, son los efectos acústicos. Recomendamos leer y visitar esta web, en la que se explican detalladamente estos efectos y sus causas.

Para ver imágenes del Templo del Cielo en tres dimensiones, pinche aquí

A continuación describiremos los edificios más importantes que visitaremos:

El Templo para Rezar por una Buena Cosecha es el mayor edificio del conjunto, y está situado en el lado Norte, con un tejado circular con tres aleros, de color azul como el cielo. En este templo el Emperador rezaba en primavera para que la cosecha fuera abundante. Todo el conjunto fue contruido con madera y sin vigas ni soportes, sobre una estructura circular de mármol blanco, compuesta por elementos cuya cantidad siempre es múltiplo de tres. Un incendio destruyó gran parte de este templo y fue reconstruido en 1889. Dentro, de cara al Sur, se encuentra un trono ceremonial.

En el lado sur se encuentra el Templo llamado Bóveda Imperial, un edificio circular de menor tamaño que el anterior y unido a éste por el Muro del Eco, dónde se producen los efectos acústicos mencionados más arriba.

Además, hoy en día visitar el Templo del Cielo nos permite también asomarnos a la vida cotidiana de los pekineses, pues el inmenso jardín que los circunda es punto de reunión y descanso para los ciudadanos. Podemos encontrarnos músicos aficionados, ancianos practicando el taiqi, jóvenes y mayores jugando a las cartas o al mahjong, calígrafos que practican la caligrafía artística. Es un interesante punto de encuentro con otros aspectos de la vida en Pekín